La infección vaginal y vulvar es una de las molestias más comunes entre mujeres. Tanto es así que es responsable de un elevado porcentaje de las consultas ginecológicas.
La sintomatología de una infección vulvovaginal se resume en picor, escozor, cambios en las características del flujo o leucorrea (exceso de flujo). Todos estos síntomas afectan de manera directa al bienestar de la mujer y resultan especialmente molestos para las mujeres que experimentan una vaginitis, una vulvovaginitis, o una vaginosis bacteriana.
Además, en ocasiones, estas afecciones se hacen recurrentes. La etiología de estos procesos es variada (diferentes bacterias, hongos…) pero siempre se relaciona con un desajuste en el equilibrio normal de la flora vaginal habitual, denominada microbiota y constituida por diferentes microorganismos, entre los que predominan los lactobacilos o bacilos de Döderlein.
Diferencia entre prebióticos y probióticos
¿Conoces la diferencia entre prebióticos y probióticos? Los prebióticos y los probióticos, así como los alimentos ricos en ácidos grasos poliinsaturados, se encuentran entre los denominados «alimentos funcionales», que son aquellos que han demostrado de forma satisfactoria que poseen un efecto beneficioso sobre una o varias funciones específicas del organismo, más allá de los factores nutricionales habituales. Esto es relevante para la mejora de la salud y el bienestar, así como para la reducción del riesgo de enfermar.
- Los probióticos son microorganismos vivos (bacterias y levaduras) que se encuentran en los intestinos o en la vagina. Existen probióticos similares disponibles en algunos alimentos y suplementos dietarios. Se pueden aportar exógenamente, para restablecer una flora vaginal insuficiente o deteriorada.
- Los prebióticos vaginales son aquellas sustancias no digeribles, capaces de estimular el desarrollo y el crecimiento de las bacterias beneficiosas de la flora; se aportan a la vagina para equilibrar y mejorar la flora vaginal habitual o microbiota.
Los prebióticos no son microorganismos vivos. Su diferencia con los probióticos es que son sustancias que estimulan el crecimiento de los probióticos y otras bacterias que se encuentran en nuestro organismo como constituyentes de la flora intestinal o vaginal.
Funciones de los prebióticos
Los lactobacilos o bacilos de Döderlein son especies de bacterias beneficiosas que se encuentran en la vagina de forma fisiológica y que colaboran al mantenimiento del equilibrio de la microbiota vaginal. Los prebióticos estimulan el crecimiento, en condiciones óptimas, de los lactobacilos, aumentando las defensas de la vagina. La modificación del pH alterado, mediante sustancias acidificantes es fundamental para el restablecimiento de la microbiota. Asimismo, la acción hidratante y antiinflamatoria añadidas suponen acciones beneficiosas para el desarrollo de la microbiota.
Para combatir las vulvovaginitis hay que seguir una higiene adecuada (que no significa obsesiva, para respetar y no destruir la flora normal) y utilizar productos que permitan el desarrollo de los lactobacilos, como los prebióticos, que restablecen las defensas naturales y fisiológicas de la vagina.
Descubre la gama Prebiotics
En Cumlaude Lab tenemos una gama de productos enriquecida con prebióticos. Si sueles tener infecciones recurrentes te recomendamos su uso ya que te ayudará a reequilibrar la microbiota vaginal evitando y previniendo recaídas.
Concretamente, te recomendamos el uso diario de Prebiotic Mousse, que es una higiene íntima suave y delicada que tiene un pH ácido que te ayudará a proteger la zona íntima.
Como cuidado complementario, te recomendamos el uso de Prebiotic Óvulos. Son unos óvulos vaginales que te ayudarán a recolonizar los lactobacilos tras tratamientos antibióticos y antimicóticos de la vaginosis bacteriana y la vaginitis candidiásica; a prevenir vaginosis bacteriana, vaginitis candidiásica y sus recurrencias; y a restablecer la microbiota autóctona y el pH fisiológico vaginal.
Su uso es muy sencillo: utiliza 1 óvulo al día durante 10 días, preferiblemente por la noche, tras la menstruación. Repite este proceso durante 3 ciclos. ¡Conseguirás reequilibrar la microbiota vaginal y fortalecerla!