Rescatando la sexualidad en pacientes oncológicas
La sexualidad es una dimensión fundamental en la vida de las personas, y su preservación adquiere especial relevancia en pacientes oncológicas. El diagnóstico y tratamiento del cáncer pueden afectar significativamente la función sexual, la autoestima y la calidad de vida. Abordar estos aspectos es esencial para una recuperación integral.
Diversos estudios señalan que hasta el 65% de las pacientes experimentan cambios significativos en su vida sexual tras un diagnóstico de cáncer, aunque el 89% no aborda este tema con su médico.
Las alteraciones pueden incluir:
• Disminución del deseo sexual
• Sequedad vaginal
• Dolor durante las relaciones (dispareunia)
• Cambios en la imagen corporal.
La sexualidad influye directamente en la calidad de vida y el bienestar emocional. Ignorar este aspecto puede conducir a problemas psicológicos como ansiedad, depresión y dificultades en las relaciones de pareja. Por ello, es vital que los profesionales de la salud integren la salud sexual en el plan de tratamiento oncológico, ofreciendo información y apoyo adecuados.
Para abordar la sexualidad en pacientes oncológicas, es clave fomentar una comunicación abierta entre la paciente, su pareja y el equipo médico, permitiendo expresar inquietudes y necesidades relacionadas con la sexualidad. La educación sexual juega un papel importante, proporcionando información sobre los efectos del cáncer y sus tratamientos en la función sexual, así como las opciones disponibles para mitigarlos.
Existen intervenciones terapéuticas como el uso de lubricantes, hidratantes vaginales y terapias hormonales que, bajo supervisión médica, alivian síntomas como la sequedad vaginal y mejoran el confort durante las relaciones sexuales. Además, ofrecer apoyo psicológico ayuda a abordar sentimientos de ansiedad, depresión o cambios en la autoimagen, facilitando la adaptación a la nueva realidad sexual.
Estadísticas muestran que cerca del 50% de las mujeres tratadas por cáncer ginecológico y de mama padecen disfunción sexual a largo plazo. El Instituto Nacional de Cancerología en México reveló que el 65% de las pacientes manifestó que el cáncer modificó su vida sexual considerablemente, pero el 89% no abordó la temática de la sexualidad con el médico.
El papel del acompañamiento psicológico también es esencial. El apoyo emocional y la terapia de pareja pueden ayudar a reconstruir la confianza, mejorar la autoimagen y fortalecer la relación afectiva, facilitando la adaptación a una nueva realidad.
Rescatar la sexualidad de las pacientes oncológicas no solo implica mejorar su salud física, sino devolverles la confianza y el control sobre su cuerpo y su bienestar emocional. La sexualidad no desaparece con el cáncer, sino que puede transformarse y adaptarse, permitiendo a las mujeres reconectar con su placer y su identidad.