¿Qué es la atrofia vulvovaginal?

La vulvovaginitis atrófica es una afectación muy habitual en mujeres postmenopaúsicas, en el 50% de ellas aparecen síntomas relacionados con la misma (secreción vaginal, ardor, picazón, urgencia miccional, infecciones urinarias recurrentes, dolor tras o durante las relaciones sexuales, etc.). Esta gran variedad de síntomas y signos, afectan tanto al aparato reproductor como al urinario, acuñándose con el término de “síndrome genitourinario de la menopausia (SGM)”.

Hay que tener en cuenta, que la gran sintomatología que puede aparecer suele tener un impacto significativo a nivel sexual, de vida personal, autoestima y emocional en las pacientes.

Es especialmente frecuente y grave en pacientes tratadas por cáncer de mama, donde origina importantes costes económicos y sociales. Aproximadamente del 50 al 75% de ellas sufren algún síntoma de este síndrome.

El tratamiento del cáncer puede provocar la pérdida de la función ovárica mediante la extirpación quirúrgica de los ovarios, la quimioterapia o radioterapia. Esto puede provocar una sintomatología climatérica (sofocos, sudores nocturnos, alteración del humor, sequedad vaginal) más acusada que en una menopausia que no ha sido inducida por un proceso oncológico.

En mujeres con cáncer de mama, la etiología del deterioro de la función sexual y disminución de la líbido a menudo es multifactorial y puede estar relacionado con razones físicas y/o psicológicas.

El problema surge de las limitaciones a nivel terapéutico de estas pacientes, por su imposibilidad de ser tratadas en ocasiones con estrógenos vaginales, en sus diferentes presentaciones y terapia hormonal, tema con grandes perspectivas de apertura con la terapia hormonal de reemplazo con hormonas bioidénticas.

Cómo mejorar los síntomas de la atrofia vulvovaginal

Para mantener unas condiciones más idóneas en pacientes que han padecido un cáncer de mama y sufren de sequedad vaginal pueden cubrir parcialmente esta sintomatología con terapias clásicas:

  • Hidratantes vaginales que mantienen unas condiciones de humedad a nivel endotelial, aunque no invierten los cambios asociados a la deficiencia de estrógenos.

 

  • Lubricantes para las relaciones sexuales, libres de parabenos (efecto levemente estrogénico, no claramente demostrado su efecto carcinogénico, a pesar de haberse detectado en ciertos tumores de mama) a base de agua.

 

Por otra parte, hoy en día tenemos terapias con grandes perspectivas para tratar estas afecciones en pacientes que han padecido un cáncer de mama y tienen más limitadas sus opciones de tratamiento.

 

  • Los dispositivos basados en energía ya sean láseres de Co2, Er-YAG, radiofrecuencias, han ofertado una posibilidad de mejora o de curación, con mínimos efectos secundarios, existiendo múltiples estudios donde apoyar tal afirmación. Se necesitan más ECA con mayor número de pacientes y más largo plazo para establecer las dosis más eficaces y la seguridad a largo plazo.

 

  • El plasma rico en plaquetas autólogo combinado con ácido hialurónico (A-PRP-HA) puede proporcionar una nueva terapia alternativa para el tratamiento de VVA en mujeres posmenopáusicas con antecedentes de cáncer de mama.

 

Conocer novedosas alternativas al tratamiento de estas afecciones, en pacientes que han sobrevivido a un cáncer de mama, son importantísimas para poder mejorar la calidad de vida de las mismas, que ya ha sido mermada sustancialmente por su enfermedad y la consecuencia de su tratamiento.