Síndrome Genitourinario de la Menopausia
La menopausia produce una serie de cambios en el organismo de la mujer a los que no siempre prestamos el debido interés.
La edad y la caída hormonal que se produce con la menopausia provoca una serie de alteraciones o cambios en el tracto genitourinario, que pueden afectar de forma importante a la calidad de vida de la mujer y a su función sexual. Una atención precoz puede aliviar esta sintomatología y además evitar su progresión. Por lo que me parece importante resaltar su interés.
La gravedad depende del tiempo de evolución y no va a mejorar si no le damos tratamiento. Es por tanto importante tener una actitud proactiva para identificar y tratar precozmente estas pacientes.
El SGM se define como: “un conjunto de síntomas y signos asociados con la disminución de estrógenos y otros esteroides sexuales que implican cambios en los labios mayores/menores, el clítoris, el vestíbulo/introito, la vagina, la uretra y la vejiga. El síndrome puede incluir, entre otros, síntomas genitales de sequedad, ardor e irritación, síntomas sexuales de falta de lubricación, incomodidad o dolor, y función sexual deteriorada y síntomas urinarios de urgencia, disuria e infecciones recurrentes del tracto urinario”.
Este es un concepto más amplio e integral de la salud vaginal que el clásico de la atrofia vulvovaginal. Como vemos en la definición, no solo se limita a la esfera genital sino también a la urinaria y sexual.
La edad junto a la disminución de estrógenos y andrógenos de la menopausia hacen que los tejidos de la vagina, la vulva y del tracto urinario se vuelvan más finos, secos y pierdan elasticidad. Sabemos que existen receptores hormonales para ambas hormonas en el tracto genitourinario. Cada vez tenemos más datos sobre la importancia y el efecto de los andrógenos en la vagina y especialmente en la vulva y el vestíbulo.
Hoy en día tenemos diferentes opciones de tratamiento, que incluye cambios en el estilo de vida, hidratantes y lubricantes, tratamiento hormonal, y los nuevos tratamientos de la medicina regenerativa (terapias basadas en la energía, ácido hialurónico o plasma rico en plaquetas entre otros). Aunque la opción más eficaz son los estrógenos locales, podemos realizar un tratamiento individualizado según la clínica, gravedad, seguridad y preferencias de nuestra paciente.
La primera línea de tratamiento es el no hormonal. En los casos leves o moderados puede ser suficiente las hidratantes y lubricantes, junto a un estilo de vida saludable, y mantener la actividad sexual. Pero en casos moderados a severos probablemente sea insuficiente.
La terapia hormonal local está indicada en las pacientes con un SGM moderado a severo o cuando las medidas anteriores son insuficientes.
Los estrógenos locales (TEL) son el tratamiento de elección del SGM. Hoy en día se utilizan dosis ultrabajas y en presentaciones diferentes (óvulos, cremas, anillo) que permiten que la mujer elija aquella con la que se encuentre más cómoda. Estas dosis tienen un buen perfil de seguridad a largo plazo y pueden utilizarse a cualquier edad. No se ha visto un aumento del riesgo de cáncer de mama, endometrio o tromboembolismo, a diferencia de los estrógenos sistémicos.
En Cumlaude Lab insistimos en la importancia de prestar una mayor atención a este problema por el que las mujeres muchas veces no se atreven a preguntar. Cuya prevalencia no está clara, pero es muy elevada. Y que se encuentra infradiagnosticado e infratratado.
Debemos potenciar la sensibilización sobre este problema si queremos mejorar el bienestar y calidad de vida de nuestras pacientes.