¿Qué es placer íntimo?

Las relaciones íntimas son una de las actividades más comunes y placenteras que se deben disfrutar de manera segura, informada y consciente; es una expresión del cuerpo y equivale a estar cómodo consigo mismo y a hacer sentir cómoda a la pareja. Tener una vida íntima activa hace parte de nosotros como seres humanos.

¿Qué es la satisfacción sexual? 

La satisfacción sexual puede definirse como una respuesta afectiva que surge por la evaluación de los aspectos positivos y negativos asociados a las propias relaciones sexuales. Está considerada como la última fase de la respuesta sexual, asociada a la frecuencia y variedad de las actividades sexuales realizadas. Las fases que configuran la respuesta sexual son: deseo, excitación, orgasmo y satisfacción sexual.

¿Qué factores aceptan la satisfacción sexual?

Son numerosos los estudios que ponen de manifiesto la importancia de la satisfacción sexual en la vida personal y la relación de pareja, hasta el punto de influir sobre el bienestar de la persona y su calidad de vida en general.

Es por ello relevante conocer los factores que pueden aumentar o reducir el nivel de satisfacción sexual:

  • Mayor riqueza en las prácticas sexuales: Incluyendo una mayor variedad de técnicas sexuales, mayor frecuencia de intercambio de posturas, mayor frecuencia de orgasmo y presencia de actividades sexuales no coitales.
  • Aspectos socio – emocionales de la relación con la pareja: La satisfacción sexual se relaciona de forma directa con el deseo sexual, siendo el deseo un elemento fundamental para el logro de un nivel óptimo de satisfacción.
  • Conocimientos, actitudes y valores hacia la sexualidad: Fuertes valores religiosos, actitudes sexuales conservadoras, escasos conocimientos acerca de la sexualidad y poco asertividad sexual se asocian con baja satisfacción.
  • Salud física y vitalidad: Una baja salud física y escasa vitalidad también están relacionados con baja satisfacción sexual.
  • Barreras ambientales: La falta de intimidad puede disminuir la satisfacción sexual en la persona y en la pareja.

 

¿Qué factores determinantes del Deseo?

El deseo configura la primera fase de la respuesta sexual humana, y como se ha mencionado, es un factor fundamental para la satisfacción sexual.

Psicoterapeutas afirman que la naturaleza del deseo en una relación parte de dos necesidades fundamentales para el ser humano:

– Por un lado, la necesidad de seguridad, de pertenencia y permanencia, de predictibilidad.

– Por otro, la necesidad de experimentar novedad, riesgo y sorpresa.

Parece una contradicción en sí misma, pero el ser humano necesita ambos aspectos no solo en lo que se refiere al deseo, sino en la vida en general, en diferente proporción según sea la persona. Conseguir un equilibrio óptimo en conjunto es lo que conduce a una vida plena, placentera y satisfactoria.

Y ese equilibrio entre “seguridad y sorpresa” en una relación de pareja es lo que mantiene el deseo, y por ende, lo que conduce a un buen nivel de satisfacción sexual en ambos miembros.

La clave para mantener una relación comprometida es “lograr un equilibrio estable que promueva el afecto, pero en el que también se mantengan ciertos grados de autonomía y distancia”.

El deseo tiene un alto componente de necesidades exploratorias, de descubrimiento y de curiosidad. Suele ir marcado por un cierto “egoísmo”, en el mejor sentido de la palabra: capacidad de estar conectado al propio yo en presencia de otro. En el deseo, resultados totalmente previsibles hacen que el interés en la otra persona decaiga, por ello es importante tratar de dar espacio en la pareja, de mantener el deseo latente.

Otro componente muy importante del deseo es la imaginación. A diferencia de los animales, las personas podemos experimentar aspectos de la sexualidad mediante la anticipación, la capacidad de imaginar como si algo estuviera sucediendo, y esa anticipación es clave en el deseo.

¿Qué necesitamos para ser dueños de nuestra sexualidad?

El primer paso para aprender a ser dueño de nuestra sexualidad es justamente conocerla.  La autoexploración y el conocimiento de las zonas erógenas será lo que nos ayudará a sentirnos seguros, ser dueños de nuestro propio cuerpo y placer, así como disfrutar la sexualidad en pareja.

Emociones como el miedo, la vergüenza o la culpabilidad a reconocer los propios deseos, pueden limitar seriamente el descubrir la sexualidad individual.  Todos aquellos pensamientos e ideologías que limitan el experimentar antes de tener una pareja u ocuparse del propio placer, ofrecen una imagen oscura de algo que en realidad es natural e instintivo.

Por ello, no existe nada de lo que avergonzarse o sentirse culpable.  Aun así, socialmente y de un modo muy notable, aún vemos tabúes a la hora de hablar de sexualidad.

Conocerte a si misma sexualmente crea conexiones neuronales “de placer”, alimenta la libido y el bienestar global.